Rejurgito

martes, 9 de diciembre de 2008

Cansado de escribir gilipoyeces
que no me dicen nada,
cambié el papel con tinta
por manchas de sangre, sudor y lágrimas
en un lavabo de un bar de carretera,
dejando todo lo que fui atrás
para no regresar.
Volveré para ser lo que quise y no pude,
volveré para no volver
y así mentirte, y mentirme.
Renacere de mis cenizas aún calientes
en un plato desgastado
de rozar con el cuchillo
la carne que deja el silencio,
y de su sabor amargo nacerán palabras
que recorrerán la habitación
de un extremo al otro
para terminar de volverme loco
y gritar tu nombre frente a un espejo roto.
Y volveré a ser lo que fui.
Sombra de mi sombra.

De nada me arrepiento

lunes, 8 de diciembre de 2008

De nada me arrepiento si mañana el cielo sigue ahí,
si sigo pisando el suelo por qué he de protestar,
por qué he de gritar si todo sigue como hasta ahora.

Mientras las estrellas vuelvan cada noche a mi sofá
seguiré pensando que todo está en orden aquí abajo.
Por qué he de salir a la calle a vocear infelicidades.

De poco puedo arrepentirme si llenas el hueco de mi cama
y haces oídos sordos a mis excesos nocturnos con la madrugada.
De nada me serviría airear mis penas a cualquier particular.

Para qué malear mi vida con tontos arrebatos de imprudencias
si aún me queda la luna, la noche, un corazón, un amor…
de qué serviría despistar a los instintos en una noche como ésta…

Que bajen los buitres y se coman estos huesos si alguna vez
rechacé un envite de la irascible diosa de la lujuria.
Pero, de qué sirven los besos que se dan si no vuelven jamás.

De qué sirven los corazones que dejamos atrás, adónde huirán,
quiénes los aceptarán una vez usados y con fecha de caducidad.
De qué sirve entonces quejarse de lo que ha de venir.

De nada me arrepiento si el cielo sigue ahí, encima de mí
mirándome con ojos de madre y mirada de esposa.
Por qué voy a gritar si todo va a seguir como siempre.

De poco voy a quejarme si me besas detrás de la oreja
y murmuras que me quieres más que ayer y menos que mañana.
Quizá, quién sabe, yo sienta lo mismo en esta vil madrugada.

(De Elucubraciones de un superviviente. 2006)
©Miguel Ángel Rincón.

AMOR SECRETO

martes, 21 de octubre de 2008

Tiene carita de niña
la mujer que más quiero
su pelo largo y negro
lo lleva siempre suelto.

Pongo a Dios por testigo
que es cierto, si te digo,
que desde que la conocí
yo, sin ella, ya no vivo.

¿Cómo voy a vivir sin ella
si ya me estoy muriendo?
Todas las horas del día
la llevo en el pensamiento.

Quisiera poder abrazarla
acariciar su bonito cuerpo
y su boquita preciosa
llenarla quiero, de besos.

Parece una chiquilla
aunque ya parió, hace tiempo
y su vientrecillo tierno
esté hinchado de nuevo.

Bendita sea mil veces
la criatura que lleva dentro
que recibirá todos sus mimos
sus caricias y sus besos.

Quisiera poder decirle
lo mucho que yo la quiero
aunque mi vida esté ya hecha
y su corazón tenga ya dueño.

Su carita es tan bonita
y tan precioso su cuerpo
su voz tan agradable...
¡Un ruido de aguas, en el desierto!

Como la luz del amanecer
que asoma débilmente
hasta que lo llena todo...

Como la marea
que sube poco a poco
hasta que cubre las rocas...
Así apareció ella en mí
llenó, por completo, mi corazón
y ahora, mi cabeza,
anda loca... loca...

Sentado en mi balcón
lleno de aburrimiento y ansiedad
paso las horas mirando
por si la veo pasar.

Y si sale...¿Adónde irá?
Y si vuelve... ¿Adónde ha ido?
Celos tengo yo...¡hasta de su sombra!
Que, a todas partes, lleva consigo.

Celos tengo yo...¡del sudor de su cuerpo!
Que con el calor del verano
acaricia toda su piel
desde la frente, a sus pies
desde los hombros, a sus manos.

De igual manera, llenaría yo,
de besos y caricias, su cuerpo entero
diciéndole a cada instante
¡Chiquilla, cuanto te quiero!

Ya sé que no es para mí
que su corazón tiene ya dueeño
pero nadie puede impedir
que los niños tengan sueños.

Y a pesar de mis cuarenta
un niño yo he vuelto a ser
Si ella, al pasar, me mira
me dan ganas de saltar y correr.

Cuánto me gustaría decirle:
“Escucha niña... que yo te quiero...
Deja que te bese...
Es que si no... me muero”.

Parece una muñeca...
¡Tan bonita, tan graciosa!
Mirarla refresca la vida
como el rocío a la rosa.

Tengo una pena muy grande
que llena todo mi cuerpo
de verla así, tan cerquita
y sentirla yo, tan lejos.

Dicen las gentes:
“Desgraciado en amores,
afortunado en dineros",
Ni yo tengo un duro,
ni la mujer que yo quiero.

Así ando yo noche y día
con mis negros pensamientos
Preguntándole a Dios y su gente
Por qué darme, a mí, este tormento.

Del libro “Nostalgia”. Registrado en el Registro de la propiedad Intelectual de Cadiz, 1996

EL TIEMPO Y EL AMOR II

jueves, 9 de octubre de 2008

Sin esperar una respuesta tuya he ido recogiendo los enseres de los tinteros, he incinerado las hormas de mis penas que me quedaban demasiado grande para este inmenso dolor, he fraguado un scutum para defenderme de los contratiempos y, por fin, prendí la mecha del destino lanzando los fuegos artificiales contenciosos. Lamentablemente el cielo de papel couché se ha incendiado como tristeza que alberga una botella arrojada a los bosques del Tívoli, no se podía esperar menos con esto del cambio climático.Una vez más he sido abrazado por Bona Dea, amado infielmente sobre las ruinas del templo de la Fortuna para luego ser embestido por el incansable Saturno. Como cogido por las orejas, soy lanzado de nuevo al amor, el amor, amor… Anoche, Cupido me llevó de bar en bar y, recostado con las llagas del abdomen del corazón abierto, fue presentándome a cada uno de los infiernos de la soledad, los escollos del güisqui, los arrecifes de la memoria, los acantilados del olvido y las cumbres borrascosas de la felicidad fatua y entonces comprendí, tras despertarme de nuevo a solas, que el tiempo y el amor forman una pareja ideal.

ELEGÍA PALESTINA

domingo, 28 de septiembre de 2008

Vimos piernas, vimos cabezas,
vimos manos tiradas en las calles.
Vimos encenderse el cielo una vez más.

Vimos caer el fuego sionista
sobre inocentes niños y mujeres,
sobre ancianos ensangrentados.

Vimos el odio hacia una gente
que sólo busca vivir en paz
en una tierra que les pertenece.

Vimos como David mutaba en Goliat
y pisoteaba al débil con alevosía.
Vimos el infierno en la franja de Gaza.

Vimos a los tanques vomitando,
a los cañones repartiendo muerte,
a los soldados ejerciendo su profesión.

Vimos las calles ensangrentadas
y conocimos la terrible injusticia.
Vimos el caos sentados ante el televisor.

HOY NO QUIERO ESCRIBIR

viernes, 26 de septiembre de 2008

Hoy no quiero escribir.
No me apetece, simplemente.
Empecé a buscar colores por las nubes
sin darme cuenta que ya había anochecido.

Hoy no quiero escribir.
No quiero parir versos,
ajustar sílabas,
cotejar rimas,
escuchar los ritmos.

Hoy no quiero escribir.
Ni crear metáforas de amor.
No.
No.
Hoy mi poesía no derrumbará muros
pues lancé tan lejos el cristal de los sueños
que apenas puedo ver donde cayeron los trozos.

Hoy no quiero escribir.
El lápiz, prolongación de mis huesos,
receptor de mi mente, tiene fría la piel.
No lo reconozco
y me da miedo.

Hoy no quiero escribir.
Tengo derecho.
Debo guardar callado luto por la musa
que mis palabras forjaba.
He de esperarla aquí,
en el escalón de mi puerta,
por si le da por regresar.

Hoy no quiero escribir.
No me apetece.
Simplemente:
no estás aquí.

EL CRUCIFIJO

domingo, 14 de septiembre de 2008

El joyero estuvo mostrando a la señora unos collares y anillos y más tarde un surtido de relojes. Ella retorcía el rostro dando a entender una y otra vez que no era lo que andaba buscando. Abatido se encogió de hombros, parecía que esta venta no iba a cuajar. Entonces la clienta le explicó que era para un regalo y que en realidad no quería gastar mucho. El vendedor le preguntó de cuanto disponía. Le enseñó un billete de diez y otro de veinte. Sonrieron, tenía una manta llena de crucifijos relucientes, en un segundo se decidió: “Este”. La mujer se marchó contenta y el hombre quedó satisfecho una vez más lo había conseguido; acababa de vender a Jesús, por treinta monedas.

LUNÁTICO MASCULINO

viernes, 12 de septiembre de 2008

En mi barrio tenemos una señora que es una auténtica deslenguada con los hombres. Tengo una pequeña tienda de ultramarinos, donde vendo desde pan hasta pintura.

No es que yo me considere un hombre fresco y malhablado, no, lo que pasa es que me gusta meterme con ellas porque sé que les hace gracia mi picardía e ingenio.

Me encanta ver el brillo de sus ojos cuando les digo alguna palabra subidita de tono, ese sonrojo que percibo en sus mejillas debido al pudor que sienten o esas palabras casi entrecortadas con que a veces me contestan.

No puedo evitar que esas situaciones tan comprometidas para ellas a mí me produzcan un morbo que hace que mi sangre circule a mil por hora.

Por eso cuando mis vecinas vienen a comprar yo me meto con ellas y les contesto siempre con segundas intenciones:

- Manuel, ¿tienes huevos?

- Si, dos seguro - les contesto mirando hacia abajo.

- Manuel, ¿tienes sangre?

- Si, pero cuando te veo se me congela.

- Manuel, dame pipas

- Ten cuidado que de lo que se come se cría

Un día mi clienta favorita, esa que me habla tan descaradamente, vino preguntando por una manguera para regar su huerto. Inmediatamente me puse sobre aviso y comencé con un juego de palabras que en un principio no entendió.

Resulta que detrás de su casa dispone de un trozo de terreno en el cual su marido siembra algunas hortalizas propias del tiempo. La manguera con la que las regaban se les había roto y decidió comprar una nueva, así que llegó a mi tienda un poco alterada por la rápida caminata.

- Manuel necesito una manguera, ¿tu tienes?

- Claro, chiquilla, ¿no voy a tener manguera?

- ¿Y como es de grande?

- Es flexible, se alarga y encoge a gusto del consumidor

- Y la puedo meter en el grifo?

- Sí, claro, tu la metes donde quieras y cuando quieras

- Es que tengo que regar los tomates y me pillan un poco lejos de la casa

- Huyyyyy, si es para regar tomates, se convierte en infinita

- Y de gorda como es?

- Pues… depende del momento

- Y si es muy larga, se puede cortar con el cuchillo?

- Huyyyy que susto, ni se te ocurra, mujer

- Me la vas a enseñar, o la tienes en el almacén?

- Chiquilla, tú te crees que esas cosas son para tenerlas en el almacén?

- Entonces enséñamela

- ¿Aquí y ahora?

- ¿Claro, tú crees que voy a llevarme una cosa sin verla ni probarla?

- Bueno, si te empeñas te la enseñaré, pero luego no te escandalices

- Pero, que pasa con la manguera ¿es especial o que?

- No es que sea especial, es que es la única que tengo

- Eso no es problema, compras más y ya está. Bueno, ¿donde la tienes?

- Ja,ja,ja, muy bien guardada, para que no se resfríe.

- Manuel, déjate de tonterías que tengo prisa, que mi marido está esperando la manguera desde hace un rato

- Bueno… yo creía que la ibas a utilizar tú

- No te pases de gracioso que ya me tienes cabreada, ¿me la enseñas o no?

- Espera, nos vamos al almacén y allí te la enseño tranquilito

- ¿Sabes lo que te digo? Que te metas la manguera donde te quepa, salio, que eso es lo que eres, un salio.

En aquel momento comprendí que me había pasado de la raya, que la broma había llegado demasiado lejos.

Ella me miró con los ojos de una gata furiosa que está a punto de atrapar a un ratón.

Luego salió de mi local diciendo de todo menos bonito y yo me quedé alterado por la conversación y como el gallo de Morón.

Y es que todas las mujeres son iguales, primero te piden y luego te exigen.

¡¡ Ayyyy, pero qué haríamos sin ellas…!!

EL TIEMPO Y EL AMOR I

miércoles, 10 de septiembre de 2008

He estado viajando sobre un mar encallado en el silencio donde las sirenas, una vez más, amarraron el ancla de la felicidad y lo dejaron a la deriva, su motivo tendrían. Sin embargo ahora, cuando otra vez un nuevo diluvio de monzones azota mi rostro, recibo la notificación de que, tras tanta espera coronaria dando tumbos en este tiovivo, esta odisea hace aguas y, a cambio, recibo una patera desahuciada para hacer el viaje de Ulises, de nuevo, a solas.
¿Tanto esfuerzo? Desde que dejaran las golondrinas sus nidos abandonados en las cornisas de las cartas, no ha vuelto oler a azahar en esta tierra baldía, no he podido saborear el perfume de un antiguo amor, de un amor en la distancia, de un amor que nunca llegó a mirarse a los ojos, un amor que nunca, puede que nunca, llegue a rozar los labios calientes de la realidad junto a la torre del oro. ¿Tanto esfuerzo? ¿Suena el timbre? ¿La voz de Pepito Grillo? No a estas alturas. Intento hacer un pliego de descargo pero, recurso tras recurso, solo llueven negativas.Cualquier insecto rehuye pisar por este lugar. Pero, en este mundo mío, ancho y desguarnecido, solo existe un rinconcito habitado por lares permarinis donde mutuamente nos rendimos ofrendas en privado. Al igual que ellos, nos sentimos abandonados en este mar disecado por el tiempo y el amor.

ROSA

lunes, 8 de septiembre de 2008



Técnica: Pastel
Soporte: Papel
Medidas: 15 x 23cms.

SIEMPRE VIERNES

sábado, 6 de septiembre de 2008

Quisiera estar siempre inmerso en tu caida
en el final de las pasiones que desembocan
en una mar donde en sus playas está prohibido el baño,
y vierten sus temores y los olvidan y la paz es con ellos
y sienten que los demas no sienten lo mismo que es lo único
y creen sin creer ni en el de al lado siquiera
y manifiestan sus verdades como LA VERDAD
como si fueran los únicos que se enfrentan a la vida.

QUERER Y NO QUERER

jueves, 4 de septiembre de 2008

Ya ves que no hay tres sin dos,
que el mundo que yo conocí
nunca será lo que fue.

Ya ves, a través de esta ceguera,
que nada quiere ser igual
ni parecido a lo que era,
que más da si todo es querer
y no querer. Palabras fuera.

Que más da, si hasta con los ojos encendidos
ver se convierte en quimera,
en luces de alguna utopía
abandonada al borde de la carretera.

SI NOS ESCUCHARAN HABLAR

martes, 2 de septiembre de 2008

Si nos escucharan hablar,
si escucharan lo que llevamos tanto tiempo gritando,
lo que queremos decir,
las urgencias de los hospitales estarían colapsadas por infartos.





No es bueno acostumbrarse a la falsa felicidad.

CUANDO YO ME VAYA

domingo, 31 de agosto de 2008

Cuando yo me vaya lejos,
en busca del horizonte infinito,
dejando atrás heridas, alegrías,
amigos y enemigos,
sin otro bagaje que mi amor incomprendido.
Con el corazón abierto,
mostrando las múltiples heridas
que me hice a lo largo del camino.
Cuando llegue ante la fuente de energía
que a todos nos da vida
y me postre ante el Supremo Juez,
sin miedo a nada peor de lo que he sufrido
Y Él me pregunte qué deseo,
para que me sea concedido,
antes de arrojarme al eterno olvido.
Le diré que te ame como yo te amé,
que te cuide por muchos años
y te guarde un lugar preferente a su lado
Para que tu luz, ésa que tanto me deslumbró
y que hizo añicos mi corazón,
ilumine para siempre los espacios infinitos.

EL CANTO DE LOS POETAS

viernes, 29 de agosto de 2008

Mientras quede fantasía
y poetas soñadores...
Habrá un canto a la alegría
y un canto a los sinsabores.

Habrá un corazón al viento
que llora sus soledades
y un corazón en silencio
sin que por él llore nadie.

Habrá una palabra hermosa
que brote siempre en el aire,
y una niña misteriosa
a la que quieran cantarle.

Y el canto de los poetas
se escuchará cada tarde
en el rincón de la senda
donde no se para nadie.

Que no se calle el poeta.
Que no se calle su voz.
Que se pierdan los planetas
pero los poetas, no.

TANKAS A ERNESTO GUEVARA

miércoles, 27 de agosto de 2008

I

Cálidas manos
que llevaron al pueblo
a la libertad.
Fueron cortadas
y volvieron a crecer.


II

Bajo la tierra
arrojaron su cuerpo
para el olvido.
Se hizo esencia
para la revolución

IRONÍA

lunes, 25 de agosto de 2008

En el sueño de la noche
se pierde tu voz.
Ya no te oigo.
Ya no me oyes.
Las estrellas se acicalan
para el amanecer.
Ya no te veo.
Ya no me ves.
Que no se pierde el olvido
ni se encuentran los recuerdos;
en la nada nunca hemos vivido,
en la nada no nacen anhelos.
No nos quedan ni las noches.
Y los días se esfumaron.
El silencio me quiere ahogar;
la soledad me quiere acompañar.
Toda esta vida parece una ironía:
mi yo sin ti, tu yo conmigo.
Las sábanas no me abrigan
y la noche me da frío.
Me estoy quedando sorda
de escuchar los cantos del sol.
Ya no te oigo.
Ya no me oyes.
No queda ya nada esta noche:
se ha ido el tiempo de querer.
Ya no te veo.
Ya no me ves.
Toda esta vida parece una ironía:
tu yo sin mí, mi yo contigo.

CUENTOS REVOLUCIONARIOS

sábado, 23 de agosto de 2008




INMORTAL

jueves, 21 de agosto de 2008

Por mí,
se puede ir usted
al mismísimo carajo.
- Le dijo el Amor
a la Muerte.
Y el Amor,
se hizo inmortal.

TURBULENCIAS

martes, 19 de agosto de 2008

El aura mística del arribo
es flecha pretérita, e infértil,
en un presente de ojos abiertos
y palabras gastadas,
mutiladas,
presas en jardines inundados
por escombros y estatuas muertas.

Los vientos empujan y desorientan.
La escalera, en espiral,
nunca tuvo balaustradas.
Así, el vacío flanqueante,
de tan común,
se hizo cotidiano.

Diógenes facilitó el camino.
Es dura la gimnasia del recuerdo
cuando las manos andan vacías,
los labios murmuran a solas
y el olor de la piel,
último vestigio de una presencia,
ya va en retirada.

Imágenes brotan de cualquier rincón,
de cualquier cajón;
inesperado.
Colores que ya no existen.
Si alguna vez existieron
murieron en el revelado.

Colores que ya no existen.

Como esa sonrisa.

LA MÁQUINA QUIMÉRICA EN ESPERA

domingo, 17 de agosto de 2008

PINZA

viernes, 15 de agosto de 2008

Y se quedo tendia mirando al mundo, sabía que desde alli nadie la veia.

EL DÍA QUE MUERAS

miércoles, 13 de agosto de 2008

El día que mueras no será distinto a otro. No detendrán la programación en ninguna cadena, ni te condecorarán con ninguna medalla al mérito civil (ni falta que hará). Los curiosos irán hinchados de morbo a ver tu cadáver. Tu rostro lucirá descompuesto en una mueca incomprensible y tal vez tus ojos entreabiertos muestren la incredulidad del último momento. Buscarán culpables entre la imprudencia y el fallo. Te llorarán como nunca y una nube de dudas ensombrecerá la comitiva. Poco a poco el silencio alimentará el olvido y de ti sólo quedarán las anécdotas y un puñado de fotografías. De tu existencia no trascenderá nada, si acaso la unidad en la cifra de la estadística. Serás tan anónimo como la hormiga que pisamos sin mirar el suelo. Y sin embargo, amigo currante, tú has construido puentes, casas, edificios, escuelas, hospitales, barcos, habrás llevado la luz y el agua a sitios yermos, habrás extinguido el incendio que se comía el monte, le arrancaste a las entrañas de la tierra su veta preciada, conseguirás dominar el mar un día tras otro. Moverás un país simbolizado por una bandera que no es más que un trapo con colores y que no lucirá sobre tu ataúd. Por eso cuando el andamio se cae, el muro se desploma, el puntal se dobla y la zanja se convierte en el un mar rojo que engulle y el océano un monte que se derrumba, cuando el oleaje del fuego se revuelve, y a las entrañas de la tierra le dan un retortijón asesino, en definitiva, cuando el currante muere, sólo quedará un pequeño vacío temporal, una cerveza menos en la reunión de amigos, un hueco en la mesa, la ausencia en la cama, la lágrima en la madre, el desamparo en los hijos. Y esto realmente es lo que importará, porque el día que mueras, lo sabes, no será distinto a otro.

TAL Y COMO ÉRAMOS

lunes, 11 de agosto de 2008

Maria, sentada en una mecedora descolorida por el paso de los años, observa silenciosa a su nieta preferida. Esta, ajena a tal observación, camina por la casa con el teléfono móvil en una mano y su ordenador portátil en la otra. Tiene prisa por llegar a su lugar de trabajo.

Maria recuerda la vida tan distinta que a ella le toco vivir; en una casa donde no había preocupación por operar en bolsa, por entrar en Internet, por tomarse un café con las amigas o por darse prisa para ir a trabajar a la oficina. Su mente no puede evitar recordar aquellos años y aquella vida que ahora se la hace tan lejana.

Maria vive en una casa, con las puertas y ventanas roídas por las polillas, donde el agua se almacena en cántaros colocados en los rincones y la única luz existente la proporciona un candil de aceite; donde el coche se convierte en burro y la cochera en cuadra, en una casa donde la única preocupación existente es pensar lo que dar de comer a los cinco niños que, acostados en una cama hecha a base de un cañizo apoyado en dos banquetas, con unos colchones rellenos de paja, sayos o lana, esperan impacientes que su madre les diga que el café de pepitas de algarroba tostada ya está listo.

En esta casa, la vida discurre tranquila y rápida a la vez. Las faenas se amontonan unas sobre otras, la pobre madre va y viene muy atareada mientras los niños se entretienen en quitarse los piojos que juegan con sus cabellos.

María y Manolo son los padres de cinco niños alegres pero muertos de hambre. Sus juegos consisten en correr por las calles de piedra espantando a las moscas que, acudiendo en busca de comida, inundan el espacio destinado a respirar el aire puro de la sierra.

Manolo, hombre dedicado a trabajar en el campo, se levanta al alba, con los primeros rayos de un sol que no entiende de ricos ni de pobres. Se toma un vaso de café de algarrobas con pan migado y se dirige hasta la plaza del pueblo con la esperanza de que algún manijero lo señale con el dedo para darle trabajo. Si tiene suerte, estará todo un santo día quitando las malas yerbas al trigo, la cebada o los garbanzos. Si tiene más suerte aún, algún agricultor le dará un trozo de terreno a aparcería para que labre el cereal, lo siegue y luego lo trille, llevándose al final la mitad, el tercio o el cuarterón de la cosecha.

Si no tiene suerte ese día, marchará al campo de igual manera y pondrá algunos lazos para cazar un conejo o un pájaro perdiz y así poder llevar carne fresca a su casa para que su querida esposa pueda hacer un arroz con conejo que les quitará la maldita hambre por unas horas.

También puede ocurrirle que le den la leña para que haga un horno de carbón, trabajo en el que se dejara la salud a base de cortar los troncos con un serrucho de dientes rotos, donde los días se confunden con las noches, y en el que tardara una semana en prepararlo y un mes en quemarlo.

Mientras, María ha preparado la casa, ha tirado las heces que su familia ha depositado en un orinal la noche anterior, dado el desayuno a sus hijos y se ha marchado para hacerles las faenas a las señoritas del pueblo. Lava la ropa en un lavadero público donde las piedras, colocadas en el suelo, la obligan a ponerse de rodillas y permanecer así varias horas. Luego debe acarrear al agua a cuestas, en unos cántaros que se sujeta en el cuadril, y llevarlos hasta su casa, ubicada a un kilómetro de la fuente.

Con un poco de suerte Maria podrá ir al campo a trabajar todo el día recogiendo carbón, para que a continuación el dueño le deje llevarse a casa el cisco que debe entresacar de la tierra. Estará contenta porque podrá calentar a sus hijos y hacer la comida en un anafe durante varios días.

Con un poco más de suerte también se llevara a casa un haz de leña para poder encender la candela y mantener el fuego vivo a fin de hacer un buen rescoldo, colocar encima las estreves y sobre ellas una olla donde meterá unas bellotas troceadas, un huevo y un migajón de pan. Esa será la cena que tendrán en casa de Maria, si tiene suerte, porque si no la tiene se conformarán con comerse las bellotas asadas en la candela.

Mientras ella trabaja, los niños se dedican a pedir un trozo de pan con aceite a las vecinas más próximas, con los mocos resbalándose por sus naricitas y metiéndoseles en la boca.

Luego esperan impacientes a que su padre venga del campo y les traiga escondidos en los bolsillos unas almendras, bellotas, nueces o algarrobas cogidas a espaldas del dueño de las mismas. Esperan también que sobre un cartón pinte con un palo sacado de la candela el contorno de sus pies descalzos, haga un molde sobre restos de ruedas usadas y con pita les confeccione unos alpargates para poder andar mejor, que les impida mojarse los pies o clavarse los chinos de la calle.

María sueña con tener pan para sus hijos y un plato de comida caliente que les calle el estómago durante un rato. Sueña con tener una casa acogedora, que huela a flores, sueña con pulsar un botón y que le regale luz o darle a una manivela que le proporcione agua corriente.

Pero nada de eso tiene Maria. Su vida se le escapa sin una pizca de alegría salvo las propias que les dan unos niños correteando por calles repletas de cacas y orines de perros.

No obstante y pese a la miseria en la que vive, Maria es feliz, porque comprende que por encima de los bienes materiales está el bien espiritual, y porque también comprende que la verdadera felicidad está dentro de uno mismo, está en la mirada cariñosa de un esposo cansado después de un largo día de trabajo, en la sonrisa que le dedican sus hijos cuando la ven asomar entre los pinos del camino, o en la entrega que se hacen los amigos cuando se necesitan unos a otros.

Ella se consuela pensando que todos los vecinos tienen la misma hambre y que no hay ricos y pobres, sino pobres y más pobres. Es un periodo generalizado que une a los desgraciados con el mismo mal: la miseria y la mala vida.

Así ha transcurrido toda una vida llena de pesar, trabajo y sufrimiento. Ahora ésta le ha dado un respiro, le ha regalado comodidades, comida, agua corriente y luz. A cambio se ha llevado juventud, ilusiones, anhelos y esperanzas.

Mira a su nieta y no puede evitar que una sonrisa se dibuje en una boca llena de arrugas y dentadura postiza, mientras un consejo sale de un corazón hecho viejo a base de tanto latir; “aprovecha cada minuto, cada segundo, porque el tiempo que pierdas hoy, no lo recuperarás mañana, hija mía”.

A cambio recibe una tierna sonrisa y un cálido beso.

VIVIR DE SUEÑOS

sábado, 9 de agosto de 2008

… hoy me acompaña en este lento baile
el aire de los paisajes secretos,
vadeo ríos de la memoria
en la noria de un tiempo pasado
intentando escapar de los sueños:
“de sueños se puede sobrevivir
pero vivir de ellos como que no”…

TORSO DESNUDO

jueves, 7 de agosto de 2008


Técnica: Carboncillo sobre papel


Medidas: 27 x 45 cms.


Fecha de realización: 2001

NECESIDADES DEL ALMA

martes, 5 de agosto de 2008

Solo la sonisa se me aparece si la veo en tí
en tu interior
necesitado de muchas sonrisas.

Solo me encuentro distinto
si el mar que contemplas
contiene barcos con buen rumbo,
con mando
fuerte,
que permanezcan en nuestras sonrisas
mutuas.
En tu alma
fuerte
en tu campo claro.

Esa apertura que en mi alma haces
me eleva,
me aclara,
mas que todo,
hasta disfrutar del eterno amanecer
entre mis imaginadas historias.

NO ACABÓ LA PARTIDA

domingo, 3 de agosto de 2008

Se me acabó el güisqui
y las últimas cartas buenas,
y no acabó la partida,
sí la sangre en mis venas.

Se me agotaron las ganas
de jugar a matarnos,
de aguantar las barras
de bares tan lejanos.

Se perdió mi mirada
entre el hielo de una copa,
más vacía que llena,
con más pena, con menos gloria.

Y los atardeceres contigo,
y las almas malheridas,
y los lunes discutiendo,
y no acabó la partida.

Murieron la belleza imperfecta
y las niñas bonitas,
y los viejos roqueros,
y las viejas cantinas.

Se aburrieron los espejos
de inventar tantas mentiras,
y lloraron los viejos sabios,
que ya nada sabían.

Enloquecieron los locos
al volverse cuerdos
y descubrir la vida,
¡me quedo en mi agujero!

Se ahogó la risa
entre el llanto de tus secretos
y olvidaste tus ilusiones
queriendo recordar tus sueños.

Y los atardeceres contigo,
y las almas malheridas,
y los lunes discutiendo,
y no acabó la partida.

SI NOS DIERAMOS CUENTA

viernes, 1 de agosto de 2008

Si nos dieramos cuenta que estamos ciegxs de no querer ver, ser oculista suplantaría al negocio del ladrillo.



Mejor ver el asfalto y llorar, que creer que hay margaritas donde solo hay asfalto gris. Y sonreír por ello.