Rejurgito

martes, 9 de diciembre de 2008

Cansado de escribir gilipoyeces
que no me dicen nada,
cambié el papel con tinta
por manchas de sangre, sudor y lágrimas
en un lavabo de un bar de carretera,
dejando todo lo que fui atrás
para no regresar.
Volveré para ser lo que quise y no pude,
volveré para no volver
y así mentirte, y mentirme.
Renacere de mis cenizas aún calientes
en un plato desgastado
de rozar con el cuchillo
la carne que deja el silencio,
y de su sabor amargo nacerán palabras
que recorrerán la habitación
de un extremo al otro
para terminar de volverme loco
y gritar tu nombre frente a un espejo roto.
Y volveré a ser lo que fui.
Sombra de mi sombra.

De nada me arrepiento

lunes, 8 de diciembre de 2008

De nada me arrepiento si mañana el cielo sigue ahí,
si sigo pisando el suelo por qué he de protestar,
por qué he de gritar si todo sigue como hasta ahora.

Mientras las estrellas vuelvan cada noche a mi sofá
seguiré pensando que todo está en orden aquí abajo.
Por qué he de salir a la calle a vocear infelicidades.

De poco puedo arrepentirme si llenas el hueco de mi cama
y haces oídos sordos a mis excesos nocturnos con la madrugada.
De nada me serviría airear mis penas a cualquier particular.

Para qué malear mi vida con tontos arrebatos de imprudencias
si aún me queda la luna, la noche, un corazón, un amor…
de qué serviría despistar a los instintos en una noche como ésta…

Que bajen los buitres y se coman estos huesos si alguna vez
rechacé un envite de la irascible diosa de la lujuria.
Pero, de qué sirven los besos que se dan si no vuelven jamás.

De qué sirven los corazones que dejamos atrás, adónde huirán,
quiénes los aceptarán una vez usados y con fecha de caducidad.
De qué sirve entonces quejarse de lo que ha de venir.

De nada me arrepiento si el cielo sigue ahí, encima de mí
mirándome con ojos de madre y mirada de esposa.
Por qué voy a gritar si todo va a seguir como siempre.

De poco voy a quejarme si me besas detrás de la oreja
y murmuras que me quieres más que ayer y menos que mañana.
Quizá, quién sabe, yo sienta lo mismo en esta vil madrugada.

(De Elucubraciones de un superviviente. 2006)
©Miguel Ángel Rincón.